
El “Clan del Golfo”, la mayor banda criminal de Colombia, ofreció este jueves 21 de julio, al presidente electo del país, Gustavo Petro, un alto al fuego condicionado a que sus miembros no vayan a la cárcel, y que incluya a los presos en el exterior.
En una comunicación difundida por el grupo, y firmada por más de 30 organizaciones criminales, entre ellas Los Rastrojos, Los Caparros o Los mexicanos de Quibdó, el Clan del Golfo hace referencia al “momento histórico” que vive Colombia “en el que por primera vez llega a la dirección del país un presidente de izquierdas”.
Se muestran abiertos a “coordinar un cese al fuego contra la institucionalidad a partir del 7 de agosto”, día en que tomará posesión Petro, a desarmarse “en el momento indicado” y a “pedir perdón” aportando “verdad total e integral», algo que vendría de la mano de “reparar y, sobre todo, no repetir los actos criminales”.
Sin embargo, solicitaron a las autoridades al Estado: “el país se debe reconciliar y, en la medida de lo posible, nadie debería llegar a la cárcel, pues está comprobado que (…) no cumple con los fines de resocialización”.
En el escrito también hacen un alegato contra la extradición, “que debería operar solo en los casos donde haya ausencia de verdad, perdón, justicia, reparación y no repetición”.
El principal cabecilla del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga David, alias “Otoniel“, capturado en octubre pasado, fue extraditado a Estados Unidos en mayo de este año para responder por delitos de narcotráfico en un proceso cargado de polémica ya que dejó sin respuesta, al menos por ahora, muchas preguntas sobre crímenes del conflicto armado colombiano.
Con información de EFE
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