
En la orilla de un río en la ciudad de Matamoros, ubicado en la parte noreste del estado de Tamaulipas, México, distancia más corta y en línea recta fronteriza con Estados Unidos, la estilista Grisel Garcés, sobrevivió durante cuatro meses a una terrible travesía desde su natal Venezuela: cruzó selvas tropicales, estuvo en centros de detención de migrantes en el sur de México y viajó de polizón en vagones para llegar a la frontera con Estados Unidos.
La venezolana Garcés, faltando pocas horas para el 24 de diciembre, encontrándose ahora en la parte mexicana del “Río Bravo” (llamado “Rio Grande” en Estados Unidos), frente a la ciudad de El Paso, Texas, aguarda con ansias una decisión de la Corte Suprema estadounidense relacionada con las restricciones al asilo, que previsiblemente la afectará, al igual que a miles de migrantes que se encuentran en los cruces fronterizos, a lo largo de los 3.100 kilómetros (1.900 millas) de frontera de Texas a California.
Ahora Garcés vive en un campamento a la intemperie en momentos en que las temperaturas del invierno han descendido en gran parte de Estados Unidos y en la línea fronteriza y Ha relatado que había huido de las dificultades económicas en su país, pero vino a encontrar mayores penurias, entre ellas tiritar debido a un frío que jamás había conocido.

Afectados por las bajas temperaturas
Cabe señalar que son docenas de migrantes que pasan las noches en la rivera de concreto del río a la espera de algún aviso sobre un posible cambio a las restricciones de 2020. En El Paso, algunos migrantes han convertido las aceras en lugares de hospedaje afuera de una estación de autobuses al igual que en una iglesia, ante la imposibilidad de encontrar espacio de inmediato en una red de albergues cada vez mayor, que cuenta con apoyo de la ciudad y grupos religiosos.
La prohibición al asilo del gobierno de Trump, llamada “Título 42”, cuya vigencia fue ampliada brevemente el miércoles por el ministro de la Corte Suprema, John Roberts. Se desconoce cuándo emitirá una decisión definitiva ya que el gobierno de Biden le solicitó que cancele las restricciones, pero no antes de Navidad.
Por otro lado, los migrantes padecen ahora de las bajas temperaturas de la noche que han descendido debajo de los 3,8 grados centígrados (30 F) y hará más frío en los próximos días.
En la ciudad mexicana de Tijuana, frente a San Diego, unos 5.000 migrantes permanecían en más de 30 albergues mientras otros han podido alquilar habitaciones y apartamentos. Nadie se anima a cruzar de manera ilegal escalando el intimidante muro fronterizo que alcanza 9 metros (30 pies) de altura cuya parte superior tiene concertina de navajas.
Cabe señalar que “El Título 42” se aplica a todas las nacionalidades, pero ha afectado principalmente a personas procedentes de México, Guatemala, Honduras, El Salvador y en fecha más reciente a Venezuela.
Por: Lcda. Lesbia Aguilera/ Con Información sandiegouniontribune.com

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