
Un juez federal de Estados Unidos ha autorizado a la Administración de Donald Trump el abordaje de cuatro cargueros propiedad de navieros griegos y de bandera liberiana, para la incautación de la gasolina y los químicos que Irán planeaba enviar a puerto venezolano.
La Fiscalía estadounidense alega que esos envíos son un instrumento para que la Guardia Revolucionaria iraní «ejerza una mayor influencia» sobre el régimen chavista, lo que considera una amenaza para los intereses de Estados Unidos en el continente americano.
A diferencia de lo que sucedió con los cinco cargueros que ya llevaron 1,5 millones de barriles a Venezuela a finales de mayo, en esta ocasión la Casa Blanca ha decidido pedir permiso a un juez para interceptar los nuevos buques, que navegan bajo los nombres Bella, Bering, Pandi y Luna.
A los cuatro los empleó la empresa Mobin International para transportar crudo iraní por medio del intermediario Seawaves Shipping, que según el Ministerio Fiscal estadounidense coopera habitualmente con la Fuerza Quds, brazo para la injerencia en el extranjero de la Guardia Revolucionaria.
Según los servicios de localización de transpondedores, los buques Bella y Bering se encuentran en el mar Egeo, y los Pandi y Luna, en el golfo de Omán.
Estima EE.UU. que a bordo de esos navíos hay más de 1,2 millones de barriles de gasolina, de la que el gobierno de Maduro está muy necesitado. El valor estimado del cargamento es de unos 50 millones de dólares, o 48 millones de euros al cambio actual. Según ha denunciado en el pasado la diplomacia de EE.UU., ese cargamento lo paga Maduro con las reservas de oro de los venezolanos.
Con Información de abc.es
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