Un segundo venezolano se quitó la vida en un abarrotado albergue de la ciudad de Nueva York, que recibe a miles de emigrantes desde el pasado verano, donde las autoridades insisten en la urgente necesidad de fondos para subvenir a sus necesidades.

El emigrante fue identificado como John Ortega, y se quitó la vida la pasada semana en el baño de la habitación donde vivía con su esposa e hija de tres años, en uno de los hoteles que la ciudad alquila para albergar a inmigrantes.

Ortega, de 26 años y padre de tres hijos llegó a Nueva York junto a su esposa Maryelis Martínez a fines de agosto, según dijo a Efe el activista venezolano Jesús Aguais.

El pasado septiembre una madre venezolana, que llegó a la ciudad con sus dos hijos, también se quitó la vida en un albergue público, en los que se alojan miles de los emigrantes que han sido enviados en autobuses desde Texas más los llegados por cuenta propia en viajes privados.

“Esto ha sido un trauma muy grande para ella (la esposa de John Ortega)”, dijo Aguais a Efe, que explicó que su fundación Aid for Life ha logrado que un terapeuta venezolano le brinde ayuda sicológica a la esposa y la hija.

En una entrevista con el canal 4 de la cadena NBC, Martínez indicó que tras el trauma de encontrar muerto a su esposo, ella y su niña tienen miedo y duermen con otra familia en otra habitación, pero el personal del albergue le advirtió de que sería desalojada si no regresaba a dormir en la habitación que le asignaron.

El pasado septiembre una madre venezolana, que llegó a la ciudad con sus dos hijos, también se quitó la vida en un albergue público. En estos espacios se alojan miles de los migrantes que han sido enviados en autobuses desde Texas, a los que se suman los que llegan por cuenta propia en viajes privados.

Con información de EFE

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